DE AMBULANTE A PROSPERO EMPRESARIO
La historia de Montalvo Spa.
Montalvo Spa ahora cuenta con nueve
locales en Lima y Uno en Trujillo, en la región La Libertad. Y además ya se inició
en el competitivo mundo de las franquicias con un primer local ubicado en surco.
DE PLASTICOS A LA BELLEZA, Víctor Hugo Montalvo nació en
Ancash pero pasó la mayor parte de su niñez en Barranca, al norte de Lima,
donde a corta edad se inició en la venta ambulatoria de platicos. Las vallas
que tuvo que saltar en su vida no frenaron sus ganas de seguir tras sus sueños.
TRIUNFGAR EN SU PATRIA. Víctor Hugo anhelaba salir del país
para forjarse un futuro mejor. Cuando pensó que su sueño de viajar al Japón se haría
realidad, se frustró por una estafa que sufrió y no le quedo otra opción que
regresar a Barranca. Pero ese traspié no le hizo desaprovechar la oportunidad
de enrumbar nuevamente a Lima en compañía de su tío.
FUERZA ANTE LA ADVERSIDAD. Ya en la capital Víctor Hugo se dedicó
al comercio ambulatorio de plásticos en diversos mercados de la capital. “Cuidaba
carretas por las noches porque no tenía dónde dormir y había días que no tenia
que comer pero eso me hizo más fuerte”, afirma Montalvo.
MIRAR ALREDEDOR. Después de un año de arduo trabajo, Víctor Hugo progresó
y se convirtió en mayorista de plásticos en el mercado de Magdalena. Pero la
idea de salir adelante siempre le rondaba en la cabeza. Y como todo buen
emprendedor, él observó que todos los días concurría mucha gente a una peluquería
ubicada frente a su puesto. Su percepción es toda una oportunidad y decide
apostar por ese rubro.
LA CONSTANCIA. Un amigo le alquiló un local que usó como puesto de plásticos
y al costado abrió una modesta peluquería, pese a que no conocía del negocio.
Luego de un año la peluquería no daba para más y prefirió cerrar y continuar
con lo suyo, los plásticos. Este hecho no lo amilanó y luego de haber contraído
matrimonio insistió nuevamente en el negocio de peluquería sin abandonar el
negocio de mayoreo de plásticos.
APRENDER DE LOS TROPIEZOS. Esta vez, nuevamente en Magdalena
buscó en su nueva peluquería diferenciarse del resto. Y así el negocio empezó a
rendir frutos. “Uno tiene que aprender a soñar en grande. Tropiezos hay pero de
ellos se aprende”.
LA HORA DE LA EXPANSION. Con un concepto totalmente moderno
abre un local en Jesús María, al cual le siguieron los otros locales de Javier
Prado, Los Olivos, entre otros. “Una de las claves para triunfar es que uno
puede caer pero siempre debe aprender a levantarse”.
Víctor Hugo Montalvo